• Regresa a su mítico escenario flotante tras su impactante debut de 2022
• La noche del 23 de julio promete una explosión escénica junto a Elena Rose
El Festival Pirineos Sur abrirá de nuevo sus aguas en la 30ª edición con el regreso de Nathy Peluso al histórico escenario flotante del pantano de Lanuza. La cita será el miércoles 23 de julio, tres años después de una actuación que quedó grabada como un momento emblemático tanto para el festival como para la artista.
Una experiencia escénica sobre el agua
El escenario flotante de Lanuza, instalado sobre el embalse, es un símbolo del festival: arte, naturaleza y música se funden en un entorno único. Allí Nathy Peluso irrumpirá como un “vendaval artístico”, aprovechando no solo la espectacularidad del emplazamiento, sino también la experiencia adquirida desde su debut en 2022. Sobre el agua y bajo el cielo del Pirineo, su presencia promete un impacto visual, sonoro y emocional.
Evolución sonora en un entorno natural
Entre las aguas y montañas aragonesas, Peluso llega con nueva energía y repertorio. Desde su debut con La Sandunguera (2018) hasta los éxitos de Calambre —que le valieron premios como los Latin Grammy— y su reciente Grasa (2024), la artista ha reforzado su propuesta con una mezcla de hip hop, salsa, jazz y electrónica. Sobre el escenario flotante, esa versatilidad se multiplica y se transforma en una experiencia viva e imprevisible.
Noche de fuego junto a Elena Rose
La noche del 23 de julio contará también con la presencia de Elena Rose, la artista venezolana que añade un matiz fresco y melódico a la velada. Su estilo pop urbano encajará en un programa que, pese a la grandeza de su estrella principal, mantiene una programación diversa y abierta al público general.
Pirineos Sur 2025: contexto de celebración mayor
El festival, que se extiende del 10 al 27 de julio, convierte el pantano de Lanuza en un cruce de culturas. Michael Kiwanuka, Ben Harper, Viva Suecia, Amaia, Residente, Natalia Lafourcade, Julieta Venegas y Manu Chao también formarán parte de la programación, entre otros talentos consagrados y emergentes. En ese marco, el regreso de Peluso al escenario flotante adquiere un valor especial: el suyo no será un retorno, sino una reivindicación de poder en un lugar diseñado para el asombro.